Reseña histórica de la criminalística en Colombia
- Edgar Mauricio Benavides Bernal

- 23 oct
- 5 Min. de lectura

Autor: Edgar Mauricio Benavides Bernal
1. Antecedentes generales
La Criminalística en Colombia surge a inicios del siglo XX como una necesidad institucional frente al aumento del crimen y la complejidad de los delitos; pero también como respuesta a la necesidad de dotar de rigor científico las investigaciones judiciales.
Las primeras prácticas investigativas eran empíricas y basadas en la observación policial que progresivamente se fueron incorporando métodos técnicos inspirados en modelos europeos; especialmente, los de Alphonse Bertillon en Francia y Edmond Locard en Lyon, Hans Gross en Austria, entre otros tratadistas que promovieron la adopción de métodos sistemáticos de observación, identificación y verificación de indicios materiales.
“La Criminalística surge cuando la investigación deja de ser intuitiva y empírica para convertirse en una labor científica sustentada en la observación, la experimentación y la comprobación” — (Montiel Sosa, 2001, p. 22)
2. Primeras instituciones y desarrollo técnico (1930–1970)
Durante las décadas de 1930 y 1940, la Policía Nacional de Colombia comenzó a implementar técnicas de dactiloscopia, fotografía judicial y grafología, dando origen a los primeros servicios técnicos de identificación. En 1940 se crea el Departamento Nacional de Identificación, y más tarde, hacia 1953, durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, se fortalecen los servicios periciales de la Policía Judicial, que más tarde serían el germen del Cuerpo Técnico de Policía Judicial (CTPJ).
Hacia los años 60 se consolidan los laboratorios de Criminalística en Bogotá, Medellín y Cali, bajo apoyo de expertos extranjeros y de la entonces Escuela de Policía “General Santander” en donde se practicaban experticias en balística, documentología, planimetría y fotografía judicial. Según Moreno González (1989), en esta época la investigación criminal comenzó a adquirir un carácter más técnico, aunque todavía dependía de la experiencia empírica de los investigadores.
En palabras de Montiel Sosa (2001), la Criminalística moderna se consolidó cuando la investigación penal empezó a apoyarse en la prueba científica y no exclusivamente en el testimonio humano, lo cual marcó un cambio global que también alcanzó a Colombia.
3. Etapa de profesionalización y legislación (1970–2000)
La creación de la Dirección de Investigación Judicial e investigación (DIJIN) en 1971 (Bermúdez, 2005, p. 67) marcó un punto de inflexión, al establecer una estructura especializada con laboratorios propios y protocolos de actuación técnica; es así que, se consolida la Criminalística policial con áreas especializadas en balística, documentología, química y fotografía. En esta etapa, los aportes doctrinales de Juventino Montiel Sosa (1974) se difundieron ampliamente en la formación policial y judicial en criminalística, sirviendo como texto base en academias y universidades de Colombia y América Latina.
Ya hacia los años ochenta y noventa Se desarrollan programas técnicos en Criminalística en varias instituciones policiales y universidades, y se introducen métodos como la microscopía comparativa, cromatografía y análisis de residuos de disparo.
Con la Constitución de 1991 y la creación de la Fiscalía General de la Nación, la Criminalística adquirió un nuevo marco jurídico. En 1992, el surgimiento del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) fortaleció el componente científico de la investigación penal, articulando los aportes de la Policía Judicial, la DIJIN y la naciente estructura de la Fiscalía.
De acuerdo con Aguilera (2008), esta etapa representa la profesionalización y la institucionalización definitiva de la Criminalística colombiana, pues pasa de ser una práctica policial a consolidarse como una disciplina auxiliar de la justicia penal con estándares técnicos y éticos. Este periodo es caracterizado por la creación de programas académicos, con el apoyo del Departamento de Estado de los Estados Unidos; a través del Programa Internacional de Asistencia para el Entrenamiento en Investigación Criminal (ICITAP); la sistematización de protocolos técnicos y la modernización de los laboratorios forenses.
4. Modernización y sistema penal acusatorio (2000–actualidad)
A partir del año 2000, la Policía Nacional de Colombia desempeñó un papel determinante en la consolidación de la Criminalística como disciplina científica y auxiliar de la justicia. Con la entrada en vigor de la Ley 906 de 2004 (Código de Procedimiento Penal) y la implementación del Sistema Penal Acusatorio (SPA), la cadena de custodia y la evidencia física adquieren rango legal y carácter obligatorio, fortaleciendo la transparencia de la investigación. La institución policial y los demás organismos encargados de la investigación criminal asumieron el reto de formar investigadores capaces de garantizar la legalidad, autenticidad y continuidad de la cadena de custodia, conforme a los estándares internacionales.
Tal como señala Benavides (2010) en Implementación del Sistema Penal Acusatorio en la Policía Nacional de Colombia, este proceso implicó una reforma estructural en la educación policial, incorporando asignaturas como criminalística aplicada, análisis del delito, técnicas de procesamiento de escena, fotografía forense y recolección de evidencia biológica.“El tránsito hacia el Sistema Penal Acusatorio exigió que el investigador policial pasara de ser un recolector empírico de evidencias a convertirse en un experto técnico y científico, con formación jurídica y dominio metodológico de la criminalística”— Benavides (2010., p. 8)
Bajo este modelo, la Policía Nacional desarrolló protocolos estandarizados de intervención en el lugar de los hechos, la creación de laboratorios móviles, y el fortalecimiento del Grupo de Criminalística de la DIJIN, que hoy cuenta con unidades especializadas en balística forense, química, documentología, acústica e informática forense; además de la implantación de los laboratorios regionales de criminalística en las ciudades Bogotá, Neiva, Manizales, Cali, Bucaramanga, Medellín, Villavicencio y Barranquilla, con el fin de fortalecer la presencia territorial proporcionando mayor cobertura local, regional y nacional y así atender las necesidades relacionadas con el campo de la administración de justicia con el nuevo sistema penal- Benavides (2010., p. 5).
Entre los años 2006 y 2010, se crean y acreditan laboratorios forenses con certificaciones internacionales (ISO 17025), impulsando la calidad técnica y científica de las pericias. En la actualidad, la Criminalística en Colombia se caracteriza por la interdisciplinariedad y la innovación tecnológica. La integración de la informática forense, la genética, la topografía digital y la inteligencia artificial ha potenciado la capacidad de análisis de los cuerpos de policía judicial.
La Escuela de Investigación Criminal –ESINC, la Fiscalía General de la Nación, la DIJIN y el CTI lideran hoy los procesos de capacitación, investigación aplicada y cooperación internacional, consolidando una Criminalística moderna y especializada.
Según la Fiscalía General de la Nación (2019), Colombia cuenta con un sistema de cadena de custodia y de peritaje técnico de los más avanzados de América Latina, donde la Policía Nacional sigue siendo un actor fundamental en la preservación, recolección, análisis y presentación de la evidencia física, así lo dice:
“Colombia ha transitado de la práctica empírica a la aplicación rigurosa del método científico en la investigación del delito, consolidando una escuela latinoamericana de Criminalística con identidad propia.” — (Fiscalía General de la Nación, 2019, p. 17)
Hoy, la Criminalística colombiana se reconoce como una disciplina científica esencial para el esclarecimiento de las conductas punibles, sustentada en el método científico, razonamiento lógico, el sistema de cadena de custodia, la experimentación y la prueba técnico-científica.
A manera de conclusión se puede decir que la historia de la Criminalística en Colombia refleja una evolución desde lo empírico hacia la ciencia, en la que la Policía Nacional ha tenido un papel central como formadora de investigadores con rigor técnico, ético y jurídico.
La consolidación del Sistema Penal Acusatorio, apoyada por la doctrina de autores como Montiel Sosa y el fortalecimiento institucional descrito por Benavides, ha permitido que el país sea referente regional en materia de investigación criminal basada en evidencia científica.
Referencias
Aguilera, R. (2008). Manual de criminalística aplicada. Editorial Jurídica Continental.
Benavides, M. (2010). Implementación del Sistema Penal Acusatorio en la Policía Nacional de Colombia. Manuscrito inédito.
Fiscalía General de la Nación. (2019). Manual del sistema de cadena de custodia. Bogotá: FGN.
Montiel Sosa, J. (2001). Manual de criminalística (2.ª ed.). Grupo Noriega Editores.
Moreno González, R. (1989). Criminalística: ciencia y técnica de la investigación criminal. Editorial Limusa.
República de Colombia. (2004). Ley 906 de 2004. Código de Procedimiento Penal. Diario Oficial N.º 45.658.








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